El éxito del hombre esta en entender su propósito en esta vida, y llevarlo a cabo. Jesus fue el único ser que nació sabiendo cual era la misión que tenía que cumplir en esta tierra. El corazón de Jesús palpito por la redención de las almas. Cada situación que al Señor Jesus se le presentaba, la aprovechaba de una manera extraordinaria, haciendo cosas totalmente novedosas y fuera de lo común. Es decir, todo lo que Él hacía, era para la salvación de las almas. Razón por la cual el dejo su trono de gloria y se hizo hombre para enseñarnos Sus verdades en nuestro propio lenguaje.

Al inicio de Su ministerio, Él escogió a doce hombres con el propósito de atender las diferentes necesidades de las personas. Él predico a las multitudes, pero también lo hizo con individuos de diferentes niveles sociales. Su obra evangelizadora la concluyó con Su muerte y resurrección. Más poco antes de ascender al cielo delegó Su autoridad y poder a Sus discípulos y les encargó que desde ese mismo momento en adelante, la redención de las almas, dependería de la manera en como ellos dieran a conocer ese mensaje de salvación.

Este es el primer nivel de la Escalera del éxito. Es necesario que cada persona reciba a Jesus en su corazón, aceptándolo como su Señor y Salvador. Reconociendo que el derramo su sangre para el perdón de sus pecados; y así dar inicio a una nueva vida. De esta manera podrá iniciar una vida de crecimiento que le llevará al éxito.

Salomón dijo: “el que ganas almas es sabio” (Proverbios 11:30b). La Iglesia tiene que abrir sus ojos, entender el tiempo que esta viviendo y debe salir a buscar a los perdidos para despertarlos de su letargo espiritual; llenarse de la unción del Espíritu Santo, para tener un corazón lleno de compasión y pasión por ver a nuestra ciudad y nación rendida a los pies de Cristo.